El presidente Gustavo Petro desestimó públicamente los supuestos informes que lo relacionan con disidencias de las FARC y responsabilizó a sectores de inteligencia y a la CIA de promover una campaña para desacreditar a quienes han denunciado corrupción dentro de la Fuerza Pública.
El presidente Gustavo Petro rechazó de forma tajante las acusaciones difundidas por un medio nacional, que lo vinculan con supuestos informes de inteligencia sobre la disidencia de las FARC liderada por alias “Calarcá”. En un mensaje publicado en su cuenta de X, Petro aseguró que esas versiones son “falsas” y calificó la denuncia como un intento de desprestigiar a quienes lo han apoyado en la identificación de “oficiales corruptos” en el Ejército.
Según Petro, los nombres que han sido señalados —como el general Juan Miguel Huertas y Wilmar Mejía, de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI)— no son parte de una conspiración con disidentes, sino de quienes han colaborado en desmantelar redes ilícitas dentro de la Fuerza Pública. “Se trata de querer purgar a las personas que me han ayudado a identificar oficiales del Ejército corruptos”, afirmó el presidente.
El mandatario denunció que estas acusaciones obedecen a sectores poderosos afectados por la suspensión de negocios ilegales durante su gobierno. “Son miles de millones de pesos de sobornos que se detuvieron para frenar el uso del Estado para el paramilitarismo”, aseguró, al tiempo que criticó que bajo mandatatos anteriores se entregaron permisos de seguridad a empresas con presuntas conexiones criminales.
Petro también apuntó a la CIA, acusándola de influir en la difusión de estos reportes para debilitar su gestión. “La fuente del periodista es la CIA, que tiene la costumbre de tender redes para afectar a la opinión pública”, expresó, y sugirió que la agencia estadounidense estaría detrás de la manipulación informativa.
Además, el presidente defendió su derecho a exigir más transparencia. Instó a que todas las agencias de inteligencia colombianas publiquen sus informes en un plazo prudencial, para evitar que la información sea usada con fines políticos. “Los lazos entre oficiales del Ejército y la Policía deben cortarse de inmediato”, enfatizó.
Petro señaló que la contrainteligencia debe tener como misión real la detección de riesgos y no la persecución de adversarios. Según él, algunos reportes podrían estar siendo usados para debilitar a sus aliados más críticos dentro de la Fuerza Pública, en lugar de enfrentar las verdaderas redes criminales.
El presidente también aseguró que conoció los informes a los que hace referencia la CIA, pero que tras una revisión personal concluyó que no tenían sustento. “Determiné que la creencia de la CIA no era certera”, dijo, revelando que no descartó la información sin antes validarla.
Finalmente, Petro reafirmó su compromiso con la depuración institucional y con la lucha contra la corrupción. Señaló que su gobierno ha detenido negocios supuestamente ilegales y que continuará promoviendo reformas para garantizar que las estructuras estatales no sean usadas para fines criminales. “Que coincidencia que ahora denuncien a quienes vienen denunciando los nexos de la corrupción dentro de la fuerza pública”, concluyó.





