El presidente Gustavo Petro confrontó al expresidente Álvaro Uribe, quien calificó la reforma laboral como un instrumento de odio de clases. Petro le recordó que su política redujo salarios y aumentó la jornada laboral.
El presidente Gustavo Petro y el expresidente Álvaro Uribe protagonizaron un nuevo cruce de declaraciones en redes sociales, esta vez en torno a la reforma laboral. Uribe afirmó que esta iniciativa promovida por el Gobierno actual representa una amenaza para el empleo y la inversión, además de fomentar el odio de clases.
En respuesta, Petro rechazó la acusación y argumentó que la reforma busca mejorar las condiciones laborales en Colombia. “No es odio. Entre los dos, solo usted odia, Uribe. No hay odio de clases, hay lucha de clases, que es diferente”, escribió el mandatario en su cuenta de X, citando un artículo de El Espectador.
El jefe de Estado también señaló que, durante el gobierno de Uribe, los trabajadores colombianos fueron perjudicados con la reducción de salarios y el aumento de la jornada laboral. “Usted odia a los trabajadores, por eso les bajó el salario y subió la jornada laboral”, enfatizó Petro.
El presidente continuó su respuesta refiriéndose a la sobreexplotación laboral como una de las principales causas del conflicto social y la desigualdad en el país. “Solo quiere ganancias por sobrexplotación, y la sobrexplotación agudiza la lucha de clases”, afirmó, citando como referencia la visión del empresario Henry Ford sobre la necesidad de distribuir mejor las ganancias para evitar tensiones sociales.
Petro contrastó su modelo económico con el de Uribe, asegurando que su gobierno busca un “acuerdo social que garantice la paz y el progreso industrial”, mientras que el uribismo fomenta “la codicia máxima” de los empresarios.
Este enfrentamiento se da en medio del debate sobre la reforma laboral que el Gobierno Petro impulsa en el Congreso. La iniciativa busca fortalecer los derechos de los trabajadores, mejorar las condiciones de contratación y reducir la informalidad laboral, aspectos que han sido criticados por sectores empresariales y de oposición.
El expresidente Uribe ha mantenido una postura crítica frente a la reforma, argumentando que desincentiva la inversión y pone en riesgo la estabilidad del empleo formal en el país. Sin embargo, Petro insiste en que la medida es necesaria para cerrar las brechas de desigualdad y garantizar una mayor justicia social.
La discusión entre ambos líderes evidencia la polarización que persiste en la política colombiana, con visiones opuestas sobre el modelo económico y laboral que debe regir en el país.