El municipio de El Espinal ha sido testigo de un preocupante aumento en los índices de violencia, evidenciado por recientes atentados como el ocurrido en el barrio Villa Laura, donde un joven de 29 años, conocido como ‘Yoyo’, fue gravemente herido tras recibir múltiples impactos de bala en el rostro. Este hecho, perpetrado por dos hombres en motocicleta, ha generado pánico entre los residentes y pone de manifiesto la creciente inseguridad en la zona.
Paralelamente, se ha observado un incremento en las prácticas de brujería y santería entre los jóvenes del municipio. Según el concejal Ferney Rojas Herrán, esta tendencia está directamente relacionada con la falta de oportunidades laborales y la descomposición social que afecta a la región. La ausencia de empleo empuja a la juventud a buscar alternativas económicas en actividades cuestionables, como la brujería, que en algunos casos derivan en estafas y extorsiones.
A su vez, otro nuevo hecho de violencia este 20 de enero, cuando Eduar Sánchez Salcedo, alias “Chicheburro”, de 26 años, fue asesinado con dos impactos de bala en el barrio Altamira. El ataque, calificado como sicarial, ha generado alarma en la comunidad local.
La víctima, quien había salido de prisión el año pasado, contaba con antecedentes judiciales por porte y tráfico de estupefacientes, así como por porte ilegal de armas de fuego. Este historial delictivo podría estar relacionado con los móviles del crimen, aunque las autoridades no descartan otras hipótesis.
Según el reporte preliminar de las autoridades, Sánchez Salcedo se encontraba frente a una vivienda del sector cuando fue abordado por sus atacantes, quienes le dispararon a quemarropa y huyeron inmediatamente. Pese a la rápida reacción de los vecinos para alertar a la Policía, los responsables no han sido capturados.
Este nuevo episodio de violencia ha encendido las alarmas entre los residentes del barrio Altamira, quienes expresaron su temor ante el aumento de los ataques armados en la zona. “Ya no podemos salir tranquilos a la calle. Cada día hay más hechos violentos y sentimos que estamos desprotegidos”, señaló una habitante que prefirió no revelar su identidad.
El caso de Sánchez Salcedo pone nuevamente de manifiesto los desafíos que enfrenta El Espinal en términos de seguridad. Aunque las autoridades han incrementado los operativos en sectores críticos, los resultados parecen insuficientes para contener la criminalidad.
La comunidad de El Espinal está llamada a colaborar activamente con las autoridades, aportando información que pueda ser útil en las investigaciones y participando en las iniciativas destinadas a mejorar la seguridad y el bienestar social. Solo a través de un esfuerzo conjunto será posible revertir esta preocupante situación y garantizar un futuro más seguro y próspero para todos los habitantes del municipio.