Con 90 votos a favor y 28 en contra, la Cámara de Representantes aprobó el segundo debate de la reforma a la salud impulsada por el Gobierno Petro. La iniciativa ahora pasará a su tercer debate en el Senado, donde enfrentará una discusión clave para su futuro.
La reforma a la salud, uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno del presidente Gustavo Petro, dio un nuevo paso en el Congreso tras ser aprobada en segundo debate por la Cámara de Representantes. Con 90 votos a favor y 28 en contra, el articulado avanza hacia su tercer debate en la Comisión Séptima del Senado de la República.
El proyecto de ley, que cuenta con 62 artículos, busca transformar el sistema de salud colombiano mediante cambios estructurales en la administración de los recursos y la prestación de los servicios. Uno de los ejes principales es la conversión de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) en Entidades Gestoras de Salud y Vida (EGSV), que perderían la facultad de manejar el dinero de la salud, mientras que la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) asumiría el papel de pagador único y encargado de auditar a las IPS.
Otro de los cambios propuestos es la creación de Redes Integrales e Integradas Territoriales de Salud (RIITS) y Centros de Atención Prioritaria en Salud (CAPS), los cuales agruparán a los afiliados en un modelo de atención basado en la prevención y resolución temprana de problemas de salud. El nuevo esquema refuerza la Atención Primaria en Salud (APS) como eje central del sistema.
Durante la sesión en la Cámara, se aprobaron 22 nuevos artículos, entre ellos el fortalecimiento del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), la creación de un observatorio de salud mental, la agilización del trámite para convalidar títulos médicos obtenidos en el extranjero, incentivos a la investigación y una política de autocuidado. En total, 50 de los 62 artículos originales sufrieron modificaciones.
La reforma ha sido motivo de intensa polémica en el Congreso y la opinión pública. Desde su presentación, generó divisiones en la coalición oficialista y fue un factor determinante en la salida del exministro Alejandro Gaviria, lo que marcó un punto de inflexión en la relación del Ejecutivo con sus aliados políticos.
Los críticos del proyecto sostienen que el modelo propuesto por el Gobierno podría debilitar el sistema de salud y generar incertidumbre en la administración de los recursos. Mientras tanto, sus defensores aseguran que busca garantizar el acceso equitativo y mejorar la calidad del servicio para los ciudadanos, especialmente en las zonas más vulnerables del país.
El tercer debate en el Senado será determinante para el futuro de la iniciativa, ya que en su primera versión no logró avanzar en esta instancia. Se espera que el proceso legislativo continúe en medio de un ambiente de alta tensión política y con una fuerte oposición de distintos sectores del país.