La noche del jueves 21 de noviembre, un sismo de magnitud 4.0 fue registrado por el Servicio Geológico Colombiano (SGC) en el departamento de Santander. El movimiento telúrico ocurrió a las 19:03, hora local, con epicentro en la zona rural del municipio de Tona y a una profundidad de 182 kilómetros.
El evento fue percibido en varias localidades cercanas, incluidas Bucaramanga y su área metropolitana, aunque las autoridades confirmaron que no se presentaron daños materiales significativos ni víctimas humanas. “Hasta el momento, no hay reportes de afectaciones importantes en la infraestructura de la región”, informaron voceros locales.
La profundidad del sismo, clasificado como intermedia, ayudó a mitigar su impacto en la superficie, aunque generó alarma entre los habitantes de las zonas donde se sintió. Los organismos de gestión del riesgo y el SGC mantienen un monitoreo constante en el área, instando a la población a estar atenta a comunicados oficiales.
Este fenómeno forma parte de la intensa actividad sísmica que caracteriza a Santander, una de las regiones más sísmicamente activas de Colombia debido a su cercanía con importantes fallas geológicas como la de Bucaramanga. En este sentido, las autoridades reiteran la importancia de conocer las medidas de prevención y contar con planes de evacuación en caso de emergencias mayores. “El temblor fue fuerte, pero rápido. Lo sentimos en varias zonas de Bucaramanga, pero por fortuna no hubo mayores inconvenientes”, comentó un habitante de la capital santandereana.
Aunque eventos como este son comunes en el país, el llamado sigue siendo el de mantener la calma y estar preparados. “Colombia, por su ubicación geográfica, tiene una alta probabilidad de eventos sísmicos. Por ello, debemos estar atentos a las recomendaciones de las autoridades”, destacó un especialista del SGC.
Finalmente, las autoridades recordaron la importancia de evitar la propagación de información no oficial o falsa sobre este tipo de eventos, ya que puede generar pánico innecesario entre la población.