En la conmemoración de los 40 años de la tragedia de Armero, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, protagonizó un fuerte pronunciamiento público al asegurar que no se sentaría junto a la gobernadora Adriana Magali Matiz debido a su falta de respeto hacia el presidente Gustavo Petro. El funcionario defendió las inversiones del Gobierno Nacional en el Tolima y anunció avances en infraestructura hospitalaria para Armero-Guayabal.
Durante el acto oficial por los 40 años de la tragedia de Armero, realizado en Armero-Guayabal, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, generó una fuerte controversia política al afirmar que no se sentaría junto a la gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz. El ministro argumentó que la mandataria departamental ha sido “muy grosera” con el presidente Gustavo Petro y que desconoce las inversiones hechas por el Gobierno Nacional en el Tolima. Su declaración fue emitida frente a la comunidad, autoridades locales y víctimas que asistieron al homenaje.
Jaramillo aseguró que, pese a las versiones que circulaban sobre su ausencia en la tarima principal, él se encontraba acompañando a la ciudadanía, saludando a la comunidad y atendiendo compromisos institucionales. Afirmó que los trabajos del Gobierno Nacional “no se hacen en la tarima”, sino “en el territorio”, donde —según dijo— ha concentrado su agenda de salud pública. Sus palabras generaron reacciones inmediatas entre asistentes, quienes presenciaron el inusual distanciamiento político en medio de una fecha simbólica para la región.
En su intervención, el ministro reveló que a las siete de la mañana ya estaba en San Pedro supervisando la entrega de la remodelación del puesto de salud de esta zona de Armero-Guayabal. Destacó que el Gobierno adelanta intervenciones en varios centros asistenciales, incluidos los de Méndez y San Felipe, donde las obras alcanzan un avance del 50 %. Jaramillo señaló que la meta es recuperar completamente la red rural de atención y construir nuevas sedes en sectores como La Parroquia, donde antes no existían instalaciones médicas formales.
El funcionario anunció además adecuaciones en el hospital de Armero-Guayabal, con el propósito de mejorar los servicios especializados para la población. Explicó que se busca fortalecer la atención médica con especialistas permanentes, ampliación de horarios y una capacidad instalada que responda a las necesidades actuales de la comunidad. Aseguró que estos avances permiten superar décadas de rezago en la infraestructura hospitalaria del municipio que continúa cargando las secuelas de la tragedia ocurrida en 1985.
Consultado sobre la posible recuperación de las antiguas instalaciones del serpentario de Armero, Jaramillo indicó que se trabaja de la mano de la funcionaria Diana Pava, de Mariquita, para consolidar un nuevo espacio académico. Precisó que las edificaciones se destinarían a una escuela especializada en prevención, promoción y atención en salud pública. Aunque aclaró que no se recuperará el serpentario como tal, mencionó que se evaluarán áreas aprovechables para proyectos pedagógicos o comunitarios en beneficio del territorio.
El ministro insistió en que la gobernadora Matiz desconoce las inversiones que el Gobierno Nacional ha destinado al Tolima y afirmó que las cifras superan los 300 mil millones de pesos. Según Jaramillo, estos recursos han sido esenciales para avanzar en infraestructura, dotación y programas de salud en el departamento, incluidos aquellos que benefician directamente la administración departamental. Agregó que, pese a los aportes, la mandataria departamental mantiene discursos en los que asegura que no se ha hecho nada por la región.
Durante su declaración, Jaramillo fue enfático al decir que no se sentaría al lado de la gobernadora “hasta que pida disculpas al señor presidente Gustavo Petro”. El pronunciamiento sorprendió a varios asistentes, pues la conmemoración de la tragedia de Armero suele ser un evento de unidad institucional. Sin embargo, el ministro sostuvo que la dignidad del presidente y el respeto por el Gobierno Nacional deben prevalecer, incluso en escenarios simbólicos y de memoria histórica.
La gobernadora Matiz no respondió en el momento a las declaraciones, aunque funcionarios cercanos señalaron que la mandataria ha insistido en reclamar más inversión y agilidad en proyectos del sector salud. Para sectores políticos del Tolima, este enfrentamiento evidencia las tensiones entre el gobierno nacional y las autoridades departamentales, especialmente en territorios donde las necesidades sociales siguen siendo profundas. El contrapunteo se dio frente a familiares de víctimas y líderes comunitarios.
A pesar del ambiente político, la comunidad asistente destacó la importancia de continuar las obras de salud anunciadas por el ministro. Habitantes de Armero-Guayabal señalaron que la recuperación de centros de atención y el fortalecimiento del hospital municipal son demandas históricas que requieren continuidad sin importar las diferencias entre mandatarios. La población expresó que la tragedia de 1985 dejó lecciones sobre la importancia de la prevención y la atención rápida en emergencias.
El evento de conmemoración finalizó con actos simbólicos, oraciones y la presencia de sobrevivientes que durante cuatro décadas han preservado la memoria de la tragedia. Sin embargo, las declaraciones del ministro se convirtieron en uno de los temas más comentados del día, desplazando parte del protagonismo del homenaje. La ciudadanía quedó a la expectativa de si habrá una reconciliación institucional entre el Gobierno Nacional y la Gobernación del Tolima, especialmente en un sector tan sensible como la salud pública.











