El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomó una controvertida decisión al firmar una orden ejecutiva que congela por 90 días las ayudas internacionales de su país, con el propósito de revisar si estas están alineadas con los intereses y objetivos de su administración. La medida impacta directamente a Colombia y a otros países que dependen de estos fondos para desarrollar programas sociales, económicos y de seguridad.
Según el mandatario, esta pausa busca examinar los programas de asistencia externa que, en su opinión, han dejado de beneficiar a Estados Unidos y, en algunos casos, han promovido ideologías contrarias a los valores americanos. “La ayuda externa debe estar alineada con los intereses estadounidenses. De lo contrario, desestabiliza la paz mundial y no fortalece nuestras relaciones”, afirmó Trump en un comunicado.
En el caso de Colombia, el Congreso estadounidense había aprobado una partida de 380 millones de dólares para 2025, una cifra menor en comparación con años anteriores. Sin embargo, estos fondos no podrán ser desembolsados hasta que concluya la revisión ordenada por Trump. Este dinero estaba destinado a programas clave como el fortalecimiento de la seguridad, el combate al narcotráfico y el apoyo al desarrollo económico en zonas vulnerables.
El secretario de Estado, Marco Rubio, quien ha manifestado críticas hacia el gobierno de Gustavo Petro, será el encargado de dirigir esta revisión en colaboración con la Oficina de Administración y Presupuesto. Rubio enfatizó recientemente que la asistencia internacional debe contribuir a la seguridad y prosperidad de Estados Unidos, dejando entrever que los países receptores deberán cumplir condiciones más estrictas para seguir recibiendo apoyo.
La decisión de Trump no solo afecta a Colombia, sino también a Canadá, México y otras naciones que históricamente han recibido ayuda estadounidense. En total, el presupuesto de asistencia internacional de Estados Unidos alcanza unos 68 mil millones de dólares, destinados a programas como salud, alivio de desastres y promoción de la democracia en más de 200 países.
Críticos de esta medida advierten que la suspensión temporal podría afectar gravemente a países en desarrollo que dependen de estos fondos para enfrentar desafíos como la pobreza, el cambio climático y los conflictos armados. En el caso de Colombia, la disminución de los recursos podría tener un impacto significativo en los esfuerzos para consolidar la paz y combatir el narcotráfico.
Aunque la asistencia exterior representa solo el 1% del presupuesto federal de Estados Unidos, Trump ha cuestionado reiteradamente su eficacia y sostenibilidad. Sin embargo, organizaciones internacionales y sectores del Congreso argumentan que estos programas son esenciales para fortalecer las relaciones diplomáticas y promover la estabilidad global.
La comunidad internacional sigue de cerca esta medida, ya que su desenlace podría marcar un cambio significativo en la política exterior de Estados Unidos bajo la administración de Trump. Mientras tanto, países como Colombia esperan con incertidumbre el resultado de esta revisión que definirá el futuro de los programas de asistencia.