Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, ha anunciado una nueva serie de aranceles dirigidos a los tres mayores socios comerciales de la nación: México, Canadá y China. Según sus declaraciones, a partir del 1 de febrero se aplicará un gravamen del 25 % a los productos mexicanos y canadienses, mientras que las importaciones chinas enfrentarán un arancel del 10 %.
Trump justificó estas acciones como una respuesta a la supuesta inacción de estos países frente al tráfico de fentanilo y la migración irregular hacia Estados Unidos. “No podemos seguir permitiendo el ingreso de cantidades masivas de drogas y migrantes ilegales a nuestro país”, afirmó desde la Casa Blanca.
- Puede leer: Trump congela ayudas internacionales: Colombia, entre los países más afectados por la medida
La medida amenaza con desestabilizar las relaciones comerciales y diplomáticas entre Estados Unidos y sus principales socios. En 2023, México, Canadá y China representaron más de un tercio del comercio total de bienes y servicios estadounidenses, con cifras que superaron los 2,5 billones de dólares. Estas economías también sostienen millones de empleos en sectores clave de Estados Unidos, lo que ha generado preocupación entre empresarios y analistas económicos.
Desde Pekín, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mao Ning, reaccionó a las declaraciones de Trump asegurando que China protegerá sus intereses. “Siempre hemos sostenido que no hay ganadores en una guerra comercial. Estados Unidos debería reflexionar sobre las consecuencias de estas acciones”, añadió en una conferencia de prensa.
En su primer mandato, Trump ya había impuesto aranceles a productos chinos por valor de más de 300.000 millones de dólares, medida que fue mantenida por el expresidente Joe Biden. Sin embargo, estas nuevas tarifas se suman a un contexto de tensiones renovadas, exacerbadas por el incumplimiento de acuerdos comerciales previos por parte de China durante la pandemia, incluyendo compras de productos agrícolas estadounidenses.
México y Canadá, por su parte, han señalado que sus relaciones comerciales con Estados Unidos están amparadas bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Sin embargo, Trump ha sugerido que buscará renegociar este acuerdo en caso de regresar al poder, lo que genera incertidumbre sobre el futuro de la cooperación en la región.
Las posibles represalias de estos tres países podrían intensificar una guerra comercial global, con efectos negativos en las cadenas de suministro y un incremento en los costos para consumidores y empresas estadounidenses. Analistas advierten que esta estrategia de proteccionismo podría también frenar el crecimiento económico de Estados Unidos, afectando sectores como la tecnología, la automoción y la agricultura.
Trump continúa apelando al proteccionismo económico como una de las piedras angulares de su discurso político, asegurando que estas medidas son necesarias para “proteger los intereses y empleos estadounidenses”. Sin embargo, las implicaciones económicas y diplomáticas de estas decisiones siguen siendo motivo de preocupación tanto a nivel interno como internacional.