El presidente de EE. UU. destacó cómo su política comercial ha funcionado en conflictos con otros países, citando el caso colombiano como una victoria.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a utilizar los aranceles como una herramienta de presión en sus relaciones internacionales. En esta ocasión, retrasó por un mes la aplicación de un arancel del 25 % a las importaciones de Canadá y México, tras llegar a acuerdos con ambos países sobre seguridad fronteriza y tráfico de drogas.
Horas antes de la entrada en vigor de las medidas, Trump anunció su postergación por 30 días luego de lo que calificó como “conversaciones productivas” con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum. Ambos gobiernos aceptaron reforzar la seguridad en sus fronteras y combatir el tráfico de fentanilo, una de las principales preocupaciones de la administración estadounidense.
Canadá se comprometió a desplegar 10.000 soldados en su frontera sur, designar a los carteles de la droga como grupos terroristas y establecer una fuerza conjunta con EE. UU. para enfrentar el crimen organizado. Por su parte, México replicó la medida y reforzará su frontera norte con el mismo número de efectivos, además de colaborar con Washington en la lucha contra el tráfico de armas desde suelo estadounidense.
En medio de estas negociaciones, Trump mencionó a Colombia como un caso de éxito en la aplicación de aranceles. “Miren a Colombia, miren lo que pasó, todo el mundo dijo que con Colombia iba a ser un desastre. En una hora todo se arregló, ¿saben por qué? Aranceles. Sin aranceles no me habrían tratado igual”, declaró el mandatario en referencia a la disputa comercial que sostuvo con el gobierno de Gustavo Petro.
Colombia se vio obligada a ceder luego de que EE. UU. anunciara aranceles de hasta el 50 % a sus exportaciones, en respuesta a la negativa del presidente Petro de recibir aviones con deportados colombianos. Tras la presión de Washington, el Gobierno colombiano aceptó retomar la recepción de estos vuelos, lo que llevó a la suspensión de las medidas arancelarias.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha endurecido su política exterior, aumentando las deportaciones masivas y presionando a otros países para que se alineen con sus intereses. La estrategia arancelaria ha sido una de sus principales herramientas, y sus recientes declaraciones sugieren que continuará utilizándola como un mecanismo de negociación global.
Mientras tanto, los efectos de estas decisiones en la economía colombiana aún están por verse. La presión de Estados Unidos sobre sus socios comerciales podría generar nuevas tensiones diplomáticas, especialmente en Latinoamérica, donde los gobiernos buscan equilibrar sus relaciones con la administración Trump.