El expresidente Álvaro Uribe Vélez se pronunció a través de sus redes sociales para aclarar su participación en la resolución de la reciente crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos. La declaración surge tras un informe del New York Times que señalaba una supuesta llamada entre la canciller Laura Sarabia y Uribe, en la que este habría intervenido para facilitar el diálogo entre ambas naciones.
Según Uribe, la comunicación sí se dio, pero no en los términos que reveló el medio estadounidense. Aclaró que hubo un intermediario que lo contactó en nombre de la canciller, solicitando una conversación urgente en medio de la crisis.
El líder del Centro Democrático detalló que, antes del contacto con Sarabia, redactó el comunicado oficial con el que su partido se pronunció sobre la situación. Minutos después, recibió una llamada en la que le informaron que la canciller quería hablar con él de manera urgente.
Durante la conversación, Sarabia le informó que el Gobierno colombiano estaba consultando una solución para la crisis. Uribe respondió que era fundamental resolver el tema con prontitud y que esperaba que la decisión tomada fuera efectiva para normalizar las relaciones con Washington.
El New York Times, en su informe, indicó que la crisis involucró amenazas de aranceles y la posible suspensión de visas para figuras clave del país. Según el periódico, Uribe habría contactado a funcionarios en Washington, incluyendo al senador Marco Rubio, para mediar en la situación.
Uribe no negó haber actuado en favor de una solución diplomática, pero enfatizó que su intervención se limitó a una conversación puntual con la canciller y a su comunicado público. Rechazó cualquier insinuación sobre una influencia más allá de lo expresado en su declaración.
La crisis diplomática, que se originó tras la negativa de Colombia a recibir vuelos con migrantes deportados en condiciones indignas, llevó a tensas negociaciones entre ambos gobiernos. Finalmente, la administración de Gustavo Petro optó por repatriar a los connacionales con recursos propios, desactivando el conflicto con Estados Unidos.
Esta controversia pone en evidencia la persistente influencia de Uribe en la política colombiana y su capacidad para intervenir en momentos críticos, aún después de dejar la presidencia.