En el marco de la crisis humanitaria que vive el Catatumbo, donde los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias del Frente 33 de las FARC han dejado a más de 35,000 personas desplazadas, alias “Mechas”, líder guerrillero, reapareció con un mensaje que ha generado rechazo e indignación.
A través de un video fechado el 25 de enero, el líder insurgente expresó su “solidaridad” con las víctimas del conflicto armado. “Mi solidaridad a todas las víctimas de esta tragedia”, afirmó, mientras agradecía a las entidades que han apoyado a los campesinos afectados por los recientes combates.
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En el mismo mensaje, alias “Mechas” hizo un llamado a los desplazados para que regresen a sus tierras. “Vuelvan al territorio”, señaló, dirigiéndose principalmente a líderes sociales y movimientos comprometidos con la región. Según el líder guerrillero, su grupo busca garantizar “paz y tranquilidad” en el Catatumbo.
Sin embargo, este mensaje ha generado escepticismo, pues contrasta con las amenazas y acciones violentas previas atribuidas al mismo grupo. Para las comunidades y organizaciones defensoras de derechos humanos, las palabras de alias “Mechas” son vistas como un intento de encubrir las responsabilidades de los actores armados en la crisis que azota a la región.
La situación en el Catatumbo sigue siendo crítica, con miles de personas desplazadas viviendo en condiciones precarias y con temor de retornar a sus hogares debido a la presencia y las amenazas de los grupos armados ilegales. La violencia en la región ha afectado especialmente a comunidades campesinas e indígenas, quienes son las más vulnerables frente al conflicto.
A pesar de los llamados a la paz por parte del líder guerrillero, el panorama en el Catatumbo continúa marcado por la desconfianza. Los enfrentamientos y desplazamientos masivos han llevado a organizaciones internacionales a exigir la intervención del Estado para garantizar los derechos y la seguridad de los afectados.
Este episodio refleja la compleja realidad que enfrentan las comunidades en el Catatumbo, donde los actores armados prometen paz mientras perpetúan la violencia, dejando a las víctimas en un estado constante de incertidumbre y abandono.