El líder Álvaro Hernán Pérez Ortiz fue víctima de un ataque armado en la vía hacia Cunday. Aunque salió ileso junto a sus escoltas, el hecho aumenta la preocupación por la seguridad de excombatientes en el país.
En la noche del domingo 10 de agosto, un nuevo hecho de violencia volvió a poner en la mira la seguridad de los firmantes del Acuerdo de Paz. Álvaro Hernán Pérez Ortiz, de 57 años, sobrevivió a un ataque armado ocurrido en la vía hacia el municipio de Cunday, Tolima, mientras se desplazaba junto a sus escoltas.
El incidente se registró alrededor de las 6:10 p. m., en la vereda San Martín, cuando cuatro hombres armados intentaron detener la camioneta en la que viajaba el líder. Ante la negativa del conductor de acatar la señal, los atacantes abrieron fuego contra el vehículo, ocasionando al menos cinco impactos en la carrocería.
La camioneta, una Toyota Land Cruiser TXL asignada por la Unidad Nacional de Protección (UNP), resultó con daños visibles producto de las balas. Pese a la intensidad del ataque, tanto Pérez Ortiz como sus dos escoltas resultaron ilesos, gracias a las medidas de seguridad del vehículo blindado.
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Según las autoridades, el dirigente se desplazaba desde el municipio de Villa Rica con destino a Cunday cuando fue interceptado. Hasta el momento no se conoce la identidad de los agresores ni las causas que motivaron el atentado, aunque se investigan posibles amenazas previas contra el líder.
El hecho ha generado alarma entre organizaciones defensoras de derechos humanos y sectores comprometidos con la paz, que advierten sobre un incremento de los ataques contra excombatientes y personas en proceso de reincorporación.
Pérez Ortiz, firmante del Acuerdo Final de Paz, ha desarrollado procesos comunitarios en favor de la reconciliación y la legalidad, lo que incrementa la preocupación por los riesgos que enfrentan quienes apuestan por dejar atrás la violencia. La Policía y la Fiscalía avanzan en las investigaciones para establecer la autoría del ataque, mientras la UNP evalúa reforzar las medidas de protección del líder y sus acompañantes.
Este atentado se suma a una serie de casos recientes que evidencian la vulnerabilidad de excombatientes en distintas regiones del país, un hecho que, según expertos, requiere acciones urgentes y coordinadas del Estado para prevenir nuevas agresiones y garantizar el cumplimiento de los compromisos de seguridad del Acuerdo de Paz.