Representantes gremiales del Tolima alertan sobre el colapso progresivo de sectores como el combustible, turismo, transporte, ganadería y salud, debido a los bloqueos generados por el paro arrocero. Solicitan al Gobierno Nacional la instalación inmediata de una mesa de negociación con presencia ministerial.
Los efectos del paro arrocero que completa más de una semana en Colombia ya se sienten con fuerza en el Tolima, uno de los departamentos más afectados por los bloqueos. Gremios económicos y sociales han emitido una alerta sobre el colapso que empiezan a vivir varios sectores estratégicos de la región.
En el sector de combustibles, el suministro ha caído entre un 5% y 10% por la restricción en el flujo vehicular, afectando principalmente estaciones de servicio ubicadas en vías nacionales, donde las ventas se han reducido en más del 51%. En la zona urbana, las pérdidas superan el 50%, y se advierte un incremento en los riesgos por operaciones nocturnas.
El turismo también enfrenta una crisis: se reporta una caída cercana al 17% en reservas hoteleras y la cancelación de eventos culturales, deportivos y empresariales. Varios hoteles de Ibagué y municipios turísticos han tenido que devolver anticipos a clientes debido a la imposibilidad de garantizar la logística.
En materia de transporte terrestre, la terminal de Ibagué ha reportado una disminución del 39,5% en la salida de vehículos intermunicipales. Esto representa más de 7.300 pasajeros menos durante los últimos días, lo que ha afectado tanto a usuarios como a empresas operadoras y sus trabajadores.
Otros sectores clave como el avícola y el ganadero también han comenzado a sentir el golpe. Se reportan riesgos de desabastecimiento en granjas de aves y un sobrecosto del 45% en el transporte de ganado, debido al uso de rutas alternas más largas y costosas, lo que pone en peligro la sostenibilidad de estos negocios.
El comercio nocturno y el sector gastronómico viven una fuerte contracción. Restaurantes, bares y servicios asociados han visto caer el número de clientes por la imposibilidad de movilidad y el temor a represalias o bloqueos. La situación se agrava con la reducción de insumos y proveedores que no logran ingresar a la ciudad.
Incluso el sector salud ha empezado a sufrir las consecuencias: varias clínicas de Ibagué reportan cancelación de procedimientos quirúrgicos, retrasos en exámenes médicos y reprogramación de citas, afectando a cientos de pacientes que requieren atención oportuna.
Frente a este panorama, los gremios han reiterado el llamado al Gobierno Nacional para que instale de forma urgente una mesa de diálogo con presencia ministerial y liderazgo técnico. Advierten que, si no se logra un acuerdo pronto, la crisis podría escalar, generando mayores pérdidas económicas y alteraciones del orden público por el creciente descontento ciudadano.