Colombia dejó de operar 18 helicópteros Black Hawk utilizados en la lucha contra el narcotráfico, tras la decisión del gobierno de Estados Unidos de suspender temporalmente los Programas de Asistencia Extranjera. La medida, notificada el pasado 25 de enero, impacta directamente las operaciones de la Policía Nacional en su combate contra los grupos criminales.
En un comunicado oficial, la Policía Nacional informó que actualmente solo dispone de 14 helicópteros para continuar con las misiones antinarcóticos. De estos, 10 pertenecen a la institución y 4 siguen bajo el programa de cooperación con Estados Unidos. Antes de la medida, Colombia operaba con 22 aeronaves facilitadas por su socio estratégico en la lucha contra las drogas.
La decisión forma parte de la revisión de 90 días de los fondos de ayuda exterior, anunciada por el gobierno de Donald Trump. Como parte de esta política, se suspendieron los recursos destinados al mantenimiento, repuestos y combustible de las aeronaves, dejando a 18 helicópteros en tierra.
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Estados Unidos ha sido un aliado clave en la lucha contra el narcotráfico en Colombia desde la implementación del “Plan Colombia” en 1999. Esta iniciativa ha significado una inversión millonaria en asistencia militar y tecnológica para combatir a los cárteles y grupos armados financiados por el narcotráfico.
El congelamiento de la ayuda aérea se suma a la retención de 400 millones de dólares destinados a la implementación del Acuerdo de Paz, afectando entidades como la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Agencia Nacional de Tierras. A pesar de esta reducción de fondos, la Policía Nacional aseguró que mantiene su compromiso con la cooperación internacional y la lucha contra el crimen organizado.
Las aeronaves desactivadas se encuentran en diferentes puntos del país, incluyendo Bogotá, Mariquita (Tolima) y Putumayo. Estas no solo eran utilizadas en operativos antinarcóticos, sino también para el transporte de tropas y apoyo en misiones especiales contra estructuras criminales.
Fuentes oficiales aclararon que esta decisión no está relacionada con la reciente crisis diplomática entre Estados Unidos y Colombia por la deportación de ciudadanos colombianos. Sin embargo, expertos advierten que la suspensión de la ayuda podría afectar significativamente la capacidad operativa de las fuerzas de seguridad en la lucha contra el narcotráfico.
Colombia sigue siendo el mayor productor de cocaína en el mundo, con 253.000 hectáreas de hoja de coca cultivadas y una producción estimada de 2.600 toneladas en 2023, según datos de la ONU. Estados Unidos, principal destino de esta droga, ha sido un actor clave en los esfuerzos para reducir el tráfico ilícito.
La medida impuesta por el gobierno de Trump ha generado incertidumbre sobre el futuro de la cooperación bilateral en seguridad. Mientras la revisión de los fondos sigue en curso, las autoridades colombianas buscan alternativas para mitigar el impacto de la suspensión en las operaciones antinarcóticos.