En un dramático incremento de la violencia en el departamento del Caquetá, enfrentamientos entre disidencias de las Farc dejaron un saldo de siete muertos en la vereda Palmeiras, municipio de San José de Fragua. Los combates, registrados entre los autodenominados ‘Comandos de Frontera’ y la estructura ‘Carolina Ramírez’ del Estado Mayor Central, han provocado una respuesta urgente de las autoridades locales.
Para abordar la crisis, se convocó un consejo de seguridad que contó con la participación del comandante del Batallón de Infantería N.° 34, la Defensoría del Pueblo, el alcalde de San José de Fragua, el comandante de la Estación de Policía y el gobernador del Caquetá. Durante la reunión, se discutieron estrategias para proteger a los habitantes de la región y garantizar su seguridad.
El Ejército emitió un comunicado en el que destacó la importancia de estas acciones. “Con el fin de salvaguardar la seguridad de los habitantes del sector, se realizaron movimientos de personal militar para brindar seguridad y continuar con operaciones ofensivas contra estas estructuras armadas ilegales”, señala el comunicado.
En redes sociales, circulan imágenes y videos que muestran los cuerpos de los presuntos disidentes vestidos con prendas de uso privativo de la fuerza pública, testimonio del violento enfrentamiento. Un video grabado por la comunidad muestra el terror de los residentes. “Se vinieron a pelear en la montaña suya. Dios mío, vamos a ver si alcanzamos a salir”, comenta una mujer en la grabación. El Ejército Nacional ha habilitado la línea antiterrorista 107, invitando a todos los habitantes de la región a denunciar cualquier acto que pueda afectar la seguridad y estabilidad del área. Este canal de denuncia es parte de los esfuerzos para involucrar a la comunidad en la lucha contra estos grupos armados ilegales.
Las autoridades señalaron que los enfrentamientos entre estos grupos se deben a la disputa por el control territorial y el fortalecimiento de los negocios derivados del narcotráfico. Estas confrontaciones representan una grave amenaza para la paz y la seguridad en la región, afectando tanto a la población civil como a la estabilidad social y económica del Caquetá.
El consejo de seguridad concluyó con el compromiso de intensificar las operaciones militares y la coordinación con las fuerzas de seguridad para asegurar que la tranquilidad regrese a la zona. La presencia militar será reforzada para prevenir futuros enfrentamientos y proteger a la comunidad local. La situación en Caquetá sigue siendo tensa y las autoridades hacen un llamado a la calma y a la colaboración de la ciudadanía para enfrentar esta crisis. Se espera que las medidas adoptadas en el consejo de seguridad contribuyan a estabilizar la región y a garantizar la seguridad de sus habitantes.