Estados Unidos, reconocido como el mayor donante de asistencia internacional, anunció la congelación de gran parte de su ayuda exterior. La decisión fue confirmada este viernes mediante un memorando firmado por el secretario de Estado, Marco Rubio, quien permitió excepciones únicamente para apoyo militar a Israel y Egipto, así como para asistencia alimentaria de emergencia en crisis humanitarias como las de Sudán y Siria.
La directriz surge pocos días después de que el presidente Donald Trump asumiera el cargo, impulsando su política “Estados Unidos Primero”. Según el documento, ningún fondo será adjudicado o extendido sin una revisión previa que garantice que las ayudas sean eficaces y estén alineadas con las prioridades de la nueva administración.
Esta medida afecta ampliamente programas de desarrollo, asistencia militar y proyectos humanitarios, incluido el PEPFAR, una iniciativa contra el VIH/SIDA que ha salvado más de 26 millones de vidas desde su creación en 2003. El programa, que ha recibido apoyo bipartidista durante dos décadas, enfrenta ahora una interrupción significativa que podría impactar en países en desarrollo, principalmente en África.
El memorando también estipula una revisión integral de los programas de ayuda exterior en un plazo de 85 días. Según Rubio, esta revisión es crucial para evitar duplicidades y garantizar que los recursos sean efectivos. Sin embargo, organizaciones como Oxfam han advertido que la suspensión podría tener consecuencias devastadoras, especialmente para familias en situación de crisis humanitaria.
Abby Maxman, presidenta de Oxfam América, criticó la decisión al señalar que la ayuda humanitaria y de desarrollo representa solo el uno por ciento del presupuesto federal, pero tiene un impacto significativo en la lucha contra la pobreza, la educación de niños y la mitigación de enfermedades. “Suspender estos programas podría significar la diferencia entre la vida y la muerte para millones de personas”, enfatizó.
El grupo World Relief también expresó su preocupación, instando a la administración a priorizar la continuidad de los programas que salvan vidas y mitigan desastres. Su vicepresidente senior, Lanre Williams-Ayedun, pidió que la revisión sea ágil y que se mantengan las inversiones en áreas clave para la estabilidad global.
- Puede leer: Trump intensifica tensiones comerciales: nuevos aranceles para México, Canadá y China desde el 1 de febrero
Estados Unidos destinó más de 64.000 millones de dólares en ayuda exterior en 2023, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). No obstante, la política actual refleja un cambio significativo en el uso de la ayuda como herramienta de política exterior, marcando distancia con iniciativas como las de China, que priorizan la extracción de recursos naturales.
Mientras se desarrollan las revisiones, expertos advierten que las consecuencias del congelamiento podrían extenderse más allá de los países en desarrollo, afectando la credibilidad de Estados Unidos como líder en asistencia global. Esta decisión podría reconfigurar el panorama de cooperación internacional y marcar una nueva era en la política exterior estadounidense.