Estudiantes y docentes de la Universidad del Tolima realizaron una velatón en honor a Carlos Muñoz, conocido como “Calado”, quien marcó la vida de varias generaciones en los alrededores del campus. Durante el evento, se compartieron anécdotas y se destacó su legado como un ser humano solidario y querido por la comunidad universitaria.
En un emotivo homenaje realizado en las inmediaciones de la Universidad del Tolima, estudiantes, docentes y miembros de la comunidad universitaria se reunieron para recordar la vida y el legado de Carlos Muñoz, más conocido como “Calado”. Su presencia fue parte de la historia del campus, convirtiéndose en un personaje emblemático para varias generaciones de estudiantes.
Franklin Ruiz, uno de los asistentes a la velatón, resaltó la importancia de este homenaje, destacando que “Calado” no solo fue un habitante de calle, sino una persona que dejó huella en la comunidad. “Nunca importó su condición, lo relevante fue la persona que era: solidario, honesto y siempre dispuesto a acompañar a quien lo necesitara”, expresó Ruiz.
Durante el evento, se recordaron múltiples historias compartidas con “Calado”. Desde noches de conversación hasta su disposición para ayudar a los estudiantes que llegaban tarde a la universidad, su presencia fue constante y significativa. Según testimonios, su compañía brindaba seguridad y tranquilidad a quienes transitaban por la zona.
El profesor Omar, vinculado a la Universidad del Tolima, también participó en la conmemoración con la lectura de un cuento cuya historia evocaba la vida de “Calado”. En su intervención, resaltó cómo este personaje dejó una enseñanza de vida a quienes lo conocieron, recordando su sencillez y su forma honesta de interactuar con los demás.
Los asistentes coincidieron en que la historia de “Calado” no debe romantizarse, sino entenderse desde la realidad que él mismo eligió vivir. A pesar de las adversidades, siempre mantuvo su esencia y su felicidad, lo que lo convirtió en un referente de resiliencia y autenticidad dentro del entorno universitario.
Además de la velatón, se anunció que la misa en su honor se llevará a cabo el 12 de marzo en la iglesia San Judas Tadeo. Posteriormente, se realizará la procesión hasta el cementerio San Bonifacio, donde será despedido por familiares, amigos y miembros de la comunidad que lo acogió durante años.
La convocatoria al evento permitió que quienes lo conocieron pudieran compartir experiencias y reflexiones sobre su legado. Más allá de su condición de habitante de calle, “Calado” fue un símbolo de compañía y amistad para cientos de estudiantes que transitaron por la Universidad del Tolima.
El homenaje concluyó con la invitación a seguir recordando a “Calado” desde la memoria colectiva, resaltando su impacto en la vida universitaria y la importancia de reconocer a quienes, desde la cotidianidad, dejan huellas imborrables en la historia de una comunidad.