El nombramiento de Jorge Cabrera como gerente de la Unidad de Salud de Ibagué (USI) ha generado rechazo entre diversos sectores, por su historial como exalcalde de Venadillo, donde fue señalado por llevar al colapso al Hospital Santa Bárbara. Su designación refuerza los vínculos políticos de Andrés Hurtado, exalcalde de Ibagué y aspirante a la Gobernación del Tolima.
Con indignación ha sido recibido el nombramiento de Jorge Cabrera como nuevo gerente de la Unidad de Salud de Ibagué (USI), una entidad que ya arrastra escándalos por contrataciones irregulares con empresas presuntamente vinculadas al Clan del Golfo. A pesar de que la administración municipal defiende su perfil académico, pesa sobre él un pasado controversial.
Cabrera, exalcalde de Venadillo, es recordado por su gestión que habría llevado a la quiebra al Hospital Santa Bárbara, principalmente por la implementación de millonarias nóminas paralelas que desangraron el presupuesto institucional. Hoy, regresa al sector salud en un cargo que muchos consideran más político que técnico.
La polémica se profundiza al conocerse que Jorge Cabrera es cuñado de Andrés Hurtado, exalcalde de Ibagué y actual candidato a la Gobernación del Tolima. Este parentesco —al ser esposo de Carolina Hurtado, hermana de Andrés— refuerza las críticas sobre el uso político de los cargos públicos en la ciudad.
Diversos sectores ciudadanos y actores políticos locales han manifestado que la salud en Ibagué se está utilizando como moneda de cambio para favorecer intereses electorales. La USI, que enfrenta graves problemas administrativos y financieros, ahora queda en manos de una figura polémica y con claros vínculos con el “hurtadismo”.
La llegada de Cabrera se da en un momento crítico, tras la revelación de contratos con empresas de seguridad presuntamente relacionadas con estructuras criminales, lo que pone en duda la transparencia en la gestión de la entidad y la idoneidad del nuevo gerente para afrontar esta crisis.
Desde la Alcaldía de Ibagué, sin embargo, se insiste en que el nuevo gerente cuenta con formación profesional que respalda su designación, aunque no se han presentado argumentos contundentes frente a su pasado cuestionado ni su relación directa con figuras de poder político local.
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Además de su gestión como exalcalde de Venadillo, Cabrera enfrentó imputaciones por parte de la Fiscalía en octubre del 2021, relacionadas con presuntas irregularidades en un contrato destinado a la contratación de COVID-19. Los cargos imputados para ese momento incluyeron peculado por apropiación en favor de terceros, falsedad en documento privado y celebración de contratos sin cumplimiento de requisitos legales.
La ciudadanía exige claridad, garantías de transparencia y una gestión enfocada en recuperar la USI, no en utilizarla como plataforma de proselitismo político. Organizaciones de control y veeduría ciudadana ya han advertido que seguirán de cerca el actuar de Cabrera al frente de la institución.
El debate por el manejo de la salud pública en Ibagué continúa creciendo, mientras las decisiones administrativas parecen priorizar intereses familiares y electorales sobre el bienestar y la integridad del sistema de salud local.