Habitantes del corregimiento 15 de Ibagué advierten que hace más de cuatro años el puesto de salud local quedó inhabilitado y la infraestructura pública está deteriorada. Cuatro veredas dependen del servicio médico, pero ahora deben desplazarse hasta Rovira o Ibagué ante cualquier emergencia.
Los líderes comunitarios de Carmen de Bulira, corregimiento 15 de Ibagué, manifestaron a LAOTRAVERDAD.CO su profunda preocupación por el estado de abandono de la infraestructura pública y el cierre del puesto de salud, lo que deja desprotegida a una población que exige el respeto de sus derechos constitucionales.
Según relataron, hace aproximadamente cuatro años la Alcaldía declaró “abandonado” el puesto de salud local tras la llegada de un operador que nunca consolidó los servicios. Desde entonces, la unidad asistencial —que contaba con un médico general, un odontólogo, enfermera y farmacia básica— permanece clausurada.
La afectación alcanza a cuatro veredas —Cauchos Altos, Cauchos Bajos, La Cueva y El Carmen de Bulira— donde viven cerca de mil personas de la tercera edad y familias con niños. En caso de emergencia, deben trasladarse hasta el corregimiento de El Totumo o incluso hasta Ibagué, en viajes que requieren carro particular por falta de servicio de buseta.
“Antes podíamos atender una emergencia al lado de la escuela; ahora toca buscar carro, pagar pasaje y correr riesgos”, explicó uno de los voceros. El servicio comunitario de salud dejó de operar sin previo aviso, sin que la Secretaría de Salud informara a los habitantes de un plan de reemplazo o reubicación.
Ante la desidia, los vecinos comenzaron a recopilar documentos y oficios para solicitar formalmente la reactivación o traslado del puesto a otra sede funcional. Agradecen la atención de los periodistas y piden al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, intervenir de manera urgente en su caso.
“El puesto quedó inhabilitado sin explicación. Ahora exigimos que el Ministerio de Salud nos habilite de nuevo y coloque un operador responsable”, manifestó una lideresa local. En paralelo, están gestionando ante la Alcaldía rutas de atención móvil mientras se define la reapertura.
El deterioro de la infraestructura no se limita al centro de salud. Los habitantes también denuncian fallas en las vías de acceso y la falta de alumbrado público, lo cual agrava la vulnerabilidad de los pobladores, especialmente de los más ancianos y de los estudiantes que aún asisten a la escuela.
Representantes de las cuatro veredas advirtieron que de no restablecerse el servicio médico en las próximas semanas, convocarán una movilización ciudadana para exigir al gobierno municipal y departamental soluciones definitivas. Su principal demanda es una sede con dotación completa y personal permanente.
La comunidad de Carmen de Bulira concluyó solicitando transparencia en el proceso de adjudicación del operador del puesto de salud y garantías de seguimiento de la inversión pública. Insisten en que un pueblo informado y organizado es la mejor garantía de que no se repitan más omisiones administrativas.