Según Bloomberg, el peso colombiano se posicionó como la tercera moneda más revaluada en la región, solo superado por el peso chileno y el real brasileño. A nivel global, se ubicó en el séptimo puesto entre las divisas de mercados emergentes.
El peso colombiano ha mostrado un notable fortalecimiento en el primer trimestre de 2025, ubicándose como la tercera moneda más revaluada de América Latina, de acuerdo con el ranking elaborado por Bloomberg. Este comportamiento ha sido impulsado por el flujo de dólares para el pago de impuestos y la pausa en la política arancelaria de Estados Unidos.
En la región, el peso chileno lideró la revaluación con un incremento del 8,27%, seguido por el real brasileño con un 6,79%. El peso colombiano ocupó el tercer puesto con un 6,38%, por encima del peso uruguayo (3,61%) y el sol peruano (2,82%).
En contraste, otras monedas latinoamericanas sufrieron una depreciación en el mismo período. El peso argentino cayó un 3,01%, seguido por el peso dominicano (-2,22%), la lempira hondureña (-0,85%) y el guaraní paraguayo (-0,67%).
En el análisis de mercados emergentes, el peso colombiano se ubicó en la séptima posición entre las monedas con mayor revaluación a nivel global. La lista fue encabezada por el rublo ruso (28,36%), el forínt húngaro (8,61%) y el peso chileno (8,28%).
El real brasileño también mostró un desempeño destacado en este segmento, con una revaluación del 6,92% entre el 2 de enero y el 6 de marzo de 2025, superando al peso colombiano en el ranking global.
Otras monedas que se destacaron fueron el zloty polaco (7,76%), la corona checa (5,72%), el lev búlgaro (5,20%) y el lei rumano (5,19%). Estos avances reflejan dinámicas económicas y políticas favorables en sus respectivos países.
Analistas coinciden en que la apreciación del peso colombiano responde a factores externos e internos, incluyendo la estabilidad en el flujo de capitales, las decisiones de política monetaria y el desempeño de los mercados internacionales. No obstante, advierten que la volatilidad global podría influir en el comportamiento de la moneda en los próximos meses.