Luego de varias denuncias sobre el estado de los animales en el Centro de Atención y Protección Animal (CAPA) de Ibagué, el concejal Javier Mora realizó una visita a las instalaciones para verificar la situación. Su recorrido evidenció una preocupante falta de personal y generó inquietud sobre la calidad de los servicios prestados a los animales en el lugar, sin embargo lo que sería a futuro algún tipo de debate de control político en contra de la administración de la alcaldesa Johana Aranda.
Mora fue recibido por el director del CAPA, Dixon Mendoza, quien le mostró las instalaciones y explicó el estado actual del centro. Durante la visita, el concejal confirmó que solo estaban en funciones un veterinario, un operario y el propio director, ya que el resto del equipo aún no ha sido contratado. Según Mendoza, actualmente se adelanta un proceso de vinculación de 17 nuevos trabajadores que reforzarán la operación.
Uno de los principales señalamientos de las denuncias ciudadanas se relaciona con la alimentación y el aseo de los animales. Al respecto, Mendoza explicó que las labores de limpieza se realizan dos veces al día y que los animales reciben alimentación en la mañana y en la noche. Sin embargo, para algunos activistas y defensores de los derechos de los animales, estas medidas podrían no ser suficientes ante el alto número de mascotas en el CAPA.
El director también aseguró que se están cumpliendo los protocolos de asepsia y bienestar animal para garantizar condiciones óptimas en el refugio. No obstante, la falta de personal ha generado dudas sobre la eficacia de estas prácticas y el impacto que puedan tener en la salud de los animales.
El concejal Mora expresó su preocupación tras la visita y manifestó su compromiso de hacer seguimiento a la situación, sin embargo, quedó en el aire que va anunciar algún tipo de control político encontra de la administración, “es fundamental garantizar el bienestar de los animales y mejorar las condiciones del CAPA. Desde el Concejo realizaremos un control político para asegurar que se cumplan los estándares de atención y protección”, afirmó el cabildante.
Las denuncias de los ibaguereños han puesto en el centro del debate la necesidad de fortalecer la gestión del CAPA y mejorar su capacidad de respuesta ante el creciente número de animales abandonados. Mientras tanto, organizaciones animalistas han reiterado la importancia de generar estrategias a largo plazo para reducir el maltrato y abandono de mascotas en la ciudad.
El caso del CAPA se suma a una serie de problemas estructurales en la protección de los animales en Ibagué, lo que ha llevado a distintos sectores a exigir mayor inversión y compromiso por parte de la administración municipal. Se espera que, con la contratación del nuevo personal, el centro pueda mejorar sus condiciones y brindar un servicio más eficiente.