En un giro impactante, el presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Ibagué, Brian Bazin Bulla, ha presentado su carta de renuncia tras la revelación de escandalosos gastos que han dejado a la institución en medio de la controversia. La Junta Directiva, visiblemente afectada por las denuncias, solicitó de manera unánime la salida de Bulla, cuya gestión al frente de la entidad será concluida a finales del próximo mes de diciembre.
A pesar de que la Cámara de Comercio emitió un comunicado atribuyendo la renuncia de Bulla a “motivos netamente personales y de crecimiento profesional”, fuentes cercanas indican que la decisión está directamente relacionada con la divulgación de millonarios gastos a través de diversos medios de comunicación.
Se revelaron gastos exorbitantes en restaurantes, consumo de licor y eventos extravagantes, incluyendo ceviches eróticos, todos financiados con recursos provenientes de la Cámara de Comercio y de los comerciantes de la ciudad. A pesar de los intentos de Bulla por ocultar estos gastos, la publicación de la información ha desencadenado su renuncia y la indignación de la Junta Directiva.
En un comunicado posterior, la Junta Directiva confirmó la aceptación de la renuncia y anunció que Bulla continuará en su rol hasta el 31 de diciembre para facilitar el cierre efectivo de su gestión. Este anuncio llega pocos días después de que esta redacción expusiera los millonarios gastos, generando una rápida respuesta por parte de la Junta.
Además, Bulla admitió recientemente, a través de otro comunicado de prensa, que durante el año actual se gastó la significativa suma de $45 millones en viáticos. Estos hechos, desvelados por nuestra redacción, han provocado una ola de críticas y cuestionamientos sobre la administración del dirigente gremial.
Este no es el primer escándalo que enfrenta Bulla; en 2015, cuando ocupaba el cargo de subdirector del Centro de Industria y la Construcción del Sena Tolima, fue declarado insubsistente por presuntos malos manejos. Durante ese periodo, construyó una lujosa casa que posteriormente vendió por $2.200 millones, lo que ha avivado aún más las interrogantes sobre sus prácticas financieras.