La ola de manifestaciones que se han visto reflejada principalmente por los jóvenes en Colombia quienes sienten que no son tenidos en cuenta dentro de la participación política o el diseño de una política pública que le brinde oportunidades.
Ibagué es una de la primeras ciudades que tiene un alto nivel de desempleo para esta población que a pesar de tener algún nivel de Educación para el mercado laboral, ven con preocupación que las oportunidades de la región escasean y tienen por obligación que hacer otras actividades para sobrevivir.
Coincido con León Valencia que no es un Paro, sino un terremoto social que ha levantado ampollas dentro de los poderes gubernamentales especialmente en quienes se han empeñado en descalificar y criminalizar la protesta social, pero sobre todo en buscarle el quiebre a los nuevos liderazgos nacidos de una lucha que hasta el momento ha dejado 379 personas desaparecidas en el marco de las manifestaciones, según la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por desaparecidas, UBPD, en Colombia.
No está de más recordar a los 15 jóvenes Ibaguereños desaparecidos, según los datos aportados por el Comité de Derechos Humanos del Tolima, quienes declararon la Emergencia Humanitaria y un SOS para detener la violencia hacia los jóvenes. Además de exigir la renuncia de varios funcionarios de alto nivel que se presume serían los responsables de este desastre hacia los jóvenes, debido que el tratamiento de las protesta social ha sido mezquina y estigmatizada, es por ello que se exige mejores garantías para los Defensores de Derechos Humanos quienes han ayudado a garantizar la protección de los mismo en cada movilización registrada en Ibagué.
Organizaciones como Temblores ONG señalaron que “Desde @TembloresOng veníamos reportando el incremento de la violencia policial y hoy, después de más de 15 días de paro y 39 homicidios presuntamente cometidos por la policía, es el momento de hacer un llamado urgente para una #ReformaPolicialYa”

Si es un terremoto social porque a los jóvenes en Colombia los están matando por exigir mejores garantías sociales para todos y aquí los responsables de dar la orden de disparar hacia las manifestaciones deben de responder con todo el peso de la ley, así como se espera que el caso de Santiago Andrés Murillo sea llevado por la justicia ordinaria y no por la justicia penal militar, que entre otras fue el pedido de la madre de Santiago ante la gran multitud de jóvenes Ibaguereños sobre la ahora Calle Santiago Murillo en la Ciudad de Ibagué.
La pregunta que surge de todo esto es ¿Dónde están? y ¿Por qué aún no aparecen? si muchos denuncian que las fuerzas del gobierno se los llevaron vivos, sin embargo aún las entidades de investigación y esclarecimiento del estado no han mostrado resultados puntuales y concretos para dar con el paradero de jóvenes ibaguereños que sus familias aún los esperan en casa.
Por esas razones sí es un terremoto social.