Equipos Básicos del Hospital San Rafael de Dolores, Tolima, recorren zonas de difícil acceso para vacunar contra la fiebre amarilla. La campaña busca proteger a las comunidades rurales donde el acceso a servicios de salud es limitado.
En una muestra de compromiso con la salud pública, los Equipos Básicos de Salud del Hospital San Rafael de Dolores, Tolima, han emprendido una misión humanitaria y sanitaria que desafía la geografía. A lomo de mula, cruzan trochas y caminos en mal estado para llevar vacunas contra la fiebre amarilla a las veredas más alejadas del departamento.
Esta semana, el equipo logró llegar hasta la vereda Colopo, una zona de difícil acceso donde los servicios médicos escasean. Allí, casa por casa, los profesionales de la salud aplicaron la dosis que previene una de las enfermedades virales más mortales: la fiebre amarilla.
La vacuna, que se aplica una sola vez en la vida, es la forma más efectiva de evitar el contagio. En estas zonas rurales, donde los brotes son más probables por la presencia del mosquito transmisor, el Ministerio de Salud ha redoblado esfuerzos para garantizar la inmunización de la población.
“Invito a toda la gente a que se vacune, porque esta enfermedad no distingue género ni edad: ataca a niños, ancianos, a quien sea”, afirmó Yerly Andrea Charry, habitante de la vereda La Soledad. Su testimonio es el de una sobreviviente de la fiebre amarilla que hoy motiva a su comunidad a protegerse.
El personal médico ha enfrentado condiciones adversas: terrenos escarpados, altas temperaturas y largas caminatas. Sin embargo, su vocación y compromiso los impulsa a seguir llevando salud a quienes más la necesitan, incluso en los rincones más olvidados del país.
Según el Ministerio de Salud, esta estrategia busca evitar brotes en zonas endémicas como el Tolima. La campaña se desarrolla en tiempo récord, con el apoyo de los entes territoriales y bajo estrictos protocolos de seguridad en el manejo de los biológicos.
Las autoridades insisten en que toda persona que viva o visite zonas de riesgo debe vacunarse. La fiebre amarilla es una enfermedad prevenible y letal, por lo que estar inmunizado puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Con el lema “La fiebre amarilla mata, vacunarse salva vidas”, el Gobierno Nacional reitera su llamado a la corresponsabilidad ciudadana, destacando el esfuerzo de los equipos rurales que, a lomo de mula, llevan esperanza y salud a lo más profundo del territorio tolimense.