Aún la historia recuerda que el Ministro de Minas de la época, Iván Duque Escobar, padre del expresidente de la República Iván Duque Marquez de la presente década, fue advertido por científicos, vulcanólogos expertos y autoridades locales del desastre natural anunciado y subestimando desde el Gobierno Nacional de la época el inminente riesgo.
Hace 37 años que aún sigue vigente en la memoria de los tolimenses y colombianos la tragedia de Armero Guayabal, producto de la erupción del Nevado del Ruíz, porque el 13 de noviembre de 1985 sería un capítulo inolvidable para la historia de Colombia, donde la muerte de más de 25.000 personas fue el resultado de la poca atención del estado de la época.
La principal actividad económica del Armero para esa entonces era la agricultura y aún en la actualidad su actividad sigue siendo la misma, desde luego no con el mismo impacto que tuvo donde era la segunda ciudad más importante de la región, y competía con la ciudad capital Ibagué en índice de desarrollo económico.
- Puede leer: Cruz Roja inagura museo en Armero Guayabal
¿La historia lo culpa o lo exculpa de la situación a Iván Duque Escobar?
Sín embargo, al parecer la irresponsabilidad del padre del expresidente Iván Duque, fue advertido de las posibles consecuencias de no tomar acciones preventivas, según Hernando Arango Monedero, exrepresentante a la Cámara por Caldas para la época, señaló que “el ministro Duque Escobar me dijo simple y llanamente que yo era ‘apocalíptico’ y ‘dramático’ por decir que podía ocurrir una tragedia. Posteriormente, días antes de la avalancha, yo tuve oportunidad de solicitarle al ministro que pusiera unas alarmas, él me contestó que eran exageradamente costosas porque valían alrededor de US$ 2.000. Yo le sugerí que vendiera algunos de los automóviles del ministerio, pero lo tomó como un buen chiste o un llamado de atención que le estaba haciendo, y las cosas no fueron atendidas hasta que se produjo la catástrofe”.
Ahora bien, años más tarde el mismo personaje, es decir, Iván Duque Escobar, dijo a mediados del 2010 en el medio de comunicación El Colombiano, que desde el Gobierno Nacional de la época se había hecho todo lo posible por salvaguarda la integridad de los habitantes de Armero Guayabal, “Yo creo que el gobierno, en la medida de sus posibilidades, hizo todo lo que pudo”, y agregó que “lo más grave de todo es que la población no atendió el llamado que se le hizo por parte de las autoridades civiles, incluso eclesiásticas y militares”, siendo a todas luces desmentido por el entonces representante por Caldas.
Las víctimas hablando desde la memoria
Entre los sobrevivientes había niños, pero en el caos, cientos de ellos desaparecieron, sin que hasta el día de hoy se conozco su paradero. Algunos han vuelto. Uno de estos niños es Sergio, hijo de Martha Lucía López, la protagonista de un relato que narró lo sucedido sobre ese terrible día. El día de la avalancha él tenía 5 años y con su madre quedaron a tan solo una cuadra de distancia. Pero la distancia fue tan grande ante tanto lodo, rocas, ceniza y escombros.
“Oír los lamentos de la gente pidiendo auxilio, como que de la tierra brotaban los gritos de la gente”, narra Martha Lucía madre de Sergio. Su historia contó lo desgarradora que fue ese momento pero a la vez necesaria. Desde su percepción cree que es importante hablar de ese momento que vivió el antiguo Armero, pero a la vez necesario para sanar e ir cerrando un capítulo que aún requiere de muchas respuestas.
- Puede leer: No más Armero
¿Dónde están los niños de Armero?
Por otro lado, está la labor de Francisco González y su fundación Armando Armero que fue fundada desde el 2012 para descubrir qué pasó con los niños desaparecidos.
Durante y después de la avalancha de Armero en 1985, aproximadamente 500 menores sobrevivientes fueron dados en adopción por conductas irregulares y regulares. Estos niños, hoy adultos, vive tanto en Colombia como el extranjero: uno de los propósitos de la fundación es promover reencuentros con sus familiares. La Fundación Armando Armero y el Instituto de Genética Yunis Turbay trabajan para reencontrar a las familias separadas por el desastre natural.
Hay que señalar que “La causa niños perdidos de Armero” es una investigación académica que tiene como principal objetivo analizar las acciones emprendidas por los diferentes actores estatales y no estatales durante los días que se registró este hecho que marcó la historia de Colombia ha finales del siglo XX.
Finalmente, después de 37 años, Armero sigue sin cerrar la herida de más de 500 niños que desaparecieron. El estado Colombiano tiene una deuda histórica con las víctimas de la tragedia. En la actualidad no hay protección patrimonial del campo santo producto de la avalancha, ni mucho menos desde las entidades como la Gobernación del Tolima o el Gobierno Nacional, no hay iniciativas para fortalecer el Museo de la Memoria de Armero Guayabal para las víctimas.