En la misiva se recomienda la vinculación para este proceso a la alcaldía de Ibagué puesto que señalan que el 85% aproximadamente de los estudiantes de la Universidad del Tolima son jóvenes Ibaguereños, mientras que para el Ministerio de Educación esta es una autoridad dentro de las decisiones que se realizan y se toman en el Consejo Superior de la institución.
Además, evocan que sin prejuicio por lo establecido en los artículos 86 y 87 de la ley 30 de 1992 para que se destinen recursos excepcionales que pueden solventar la carga de la matrícula de los estudiantes que se han visto afectados en sus núcleos familiares en el marco del aislamiento social y la emergencia sanitaria por el COVID – 19.
Por su parte el diputado Renzo García señaló en su cuenta de Twitter que la “Asamblea del Tolima en pleno solicita a la Gobernación del Tolima buscar apoyos para hacer realidad la propuesta de Matrícula Cero. Esperamos mayor capacidad de gestión y liderazgo por parte del Gobernador, alcalde de Ibagué y Rector de la Universidad del Tolima en esta iniciativa”.
También el Diputado Carlos Reyes expresó, “lo que estamos pidiendo al Gobernador es que lidere el proceso y ponga la totuma a ver cuánto se recoge. La Ministra de Educación tiene que solidarizarse con su ciudad, ella nació en Ibagué, entonces que se ponga la camiseta del Tolima porque hasta ahora no se ha comprometido con la región.
Pronunciamientos
Otro elemento que se suman se debe a una carta de los representantes huelguistas y de la UT, donde solicitaron formalmente al Gobernador del Tolima y alcalde de la ciudad de Ibagué, para atender los diferentes llamados que se les ha realizado en torno a este propósito, no solo a través del estamento estudiantil, la dirección de la Universidad y el Consejo Académico, sino por los líderes políticos y sociales del departamento, así como los 26 congresista del país que firmaron mediante una carta pública el pasado 7 de julio.
De igual forma se especifica que se evidencia la necesidad de que los gobernantes mencionados, especialmente, el Gobernador Ricardo Orozco como presidente del Consejo Superior, realice el esfuerzo real en torno a la Matrícula Cero para el semestre B-2020, puesto que se requiere un aproximado de $6.000 millones para cumplir a cabalidad esta finalidad.
Ante esto, el Gobernador señaló en un medio local que “yo tengo 1.680 jóvenes de Matrícula Cero subsidiado por el Gobierno Departamental que viene desde la administración anterior y el año entrante, vamos a tener 2.000 más en Matrícula Cero con cerca de $4.300 millones. Estamos transfiriendo $8.500 millones cada año y el Ministerio también ha generado unos ingresos adicionales o sea que, toca hacer un esfuerzo inmenso por la universidad del departamento del Tolima, depende de las posibilidades económicas de cada entidad”.
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De igual forma, Orozco señaló que el gobierno departamental no tiene los fondos suficientes para la financiación de la matrícula cero, “ellos quieren no pagar matrícula, pero estamos revisando. Hay que esperar que avance esto, si yo tuviera la plata ya, para subsidiarle a los pelaos la Matrícula Cero, lo haría, pero la situación financiera del departamento no es la mejor. Faltan $11.000 millones que no los tenemos, nosotros damos hasta donde podemos”.
A su vez, la representante a la Cámara por el Tolima, Adriana Magaly Matiz expresó también que “yo he sido una impulsadora del programa de becas financiadas por la gobernación y aplaudo que haya quedado en el Plan de Desarrollo, pero en torno a este tema prefiero no pronunciarme porque entiendo la situación financiera del Departamento y de la Universidad para asumir ese costo”.
Por el momento, el silencio cómplice de los señores congresistas del Tolima: Senador Miguel Ángel Barreto, los representantes: Adriana Magaly Matiz(cons) José Elver Hernández (cons), Jaime Yepes ( la U), Ricardo Ferro ( Centro Democrático), Aquileo Medina (Cambio Radical) y Ángel María Gaitán (Liberal), que parecen no interesarse por el futuro de la educación de más de 20 mil jóvenes tolimenses y sus familias, que hoy sufren económicamente los rigores de la pandemia.