La llegada de la subienda de pescado en Honda, Tolima, ha sido tradicionalmente un momento de alivio económico para los pescadores y comerciantes de la región. Sin embargo, este año, los precios del pescado, especialmente del nicuro, han generado inquietud en Ibagué debido a su alto costo, alcanzando valores de hasta $270.000 por arroba.
El fenómeno de la subienda, que se presenta anualmente en el río Magdalena, trae consigo una abundancia de especies como el nicuro, el bocachico y el bagre. No obstante, a pesar de esta aparente abundancia, en Ibagué se reporta escasez de pescado, lo que ha elevado los precios a niveles similares a los de épocas de baja oferta.
Albeiro Mora, líder de las plazas de mercado de la ciudad, expresó su preocupación por esta paradoja. “En teoría, debería haber abundancia y precios bajos, pero en la práctica, el nicuro está tan caro como el bagre. No sabemos a dónde está yendo el pescado porque aquí no llega suficiente”, afirmó.
Según Mora, los comerciantes están adquiriendo el pescado a precios inusualmente altos, que oscilan entre $180.000 y $300.000 por arroba, lo que se refleja directamente en los costos para el consumidor final.
Los comerciantes han señalado que esta situación es inusual y han pedido a las autoridades locales investigar las razones detrás de la escasez en Ibagué. “Se dice que hay abundancia en Honda, pero parece que el pescado no está llegando a la capital. Esto afecta a toda la cadena de distribución y, finalmente, al bolsillo de los ibaguereños”, añadió Mora.
La falta de pescado a precios accesibles no solo afecta a los consumidores, sino también a los pequeños comerciantes, quienes han visto disminuidas sus ventas debido a los elevados costos que desincentivan el consumo de este alimento en la ciudad.
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Por otro lado, la subienda representa un momento crucial para la economía de Honda, ya que cientos de pescadores aprovechan esta temporada para incrementar sus ingresos. Sin embargo, la desconexión entre el suministro y la demanda en Ibagué pone en evidencia la necesidad de una mejor articulación en la cadena de distribución.
Los consumidores y comerciantes locales esperan que las autoridades adopten medidas para garantizar la llegada de pescado a precios más razonables, permitiendo que la subienda cumpla su propósito de beneficiar a toda la región.