La Procuraduría General de la Nación ha puesto bajo su supervisión el caso de Jefferson Steven Baquero, un joven que falleció en la Estación de Policía de El Salado, Ibagué, tras ser detenido por presuntamente alterar el orden público. El hecho ha generado inquietud, por lo que la entidad está atenta al desarrollo de las investigaciones disciplinarias internas.
El proceso, que es liderado por la Oficina de Control Disciplinario Interno (OCID) de la Policía Metropolitana de Ibagué, pretende determinar si la muerte de Baquero fue un suicidio, como señala la versión inicial de la Policía, o si existió un abuso de autoridad y vulneración de los derechos humanos del joven mientras estaba bajo custodia.
“La Procuraduría ha comenzado a supervisar la investigación para garantizar el respeto al debido proceso y a las garantías fundamentales”, afirmó el ente de control en un comunicado oficial. En este sentido, se indaga si los uniformados involucrados cometieron omisiones en su deber de cuidado o incurrieron en excesos que derivaron en el fallecimiento de Baquero.
El joven fue detenido tras un incidente en el barrio El Salado y trasladado a la estación de Policía del sector Norte de Ibagué. Según los reportes iniciales, murió en la sala de detención transitoria bajo circunstancias que aún no han sido esclarecidas completamente. Esta situación ha generado críticas y demandas de transparencia por parte de la comunidad.
Por su parte, la Procuraduría asegura que ya se han recolectado pruebas que podrían ser determinantes en el esclarecimiento de los hechos. La entidad ha dejado claro que continuará con la vigilancia estricta del caso, dada la gravedad de los hechos y la posibilidad de que exista una violación de los derechos humanos en el proceso.
Este caso ha despertado preocupación a nivel local, y tanto familiares de la víctima como organizaciones defensoras de derechos humanos están a la espera de resultados contundentes que aclaren las verdaderas circunstancias de la muerte de Baquero.