La comunidad denuncia el abandono de la vía terciaria, esencial para el transporte de productos agrícolas y el acceso a servicios básicos.
Las familias campesinas de Santa Rita La Mina, una vereda del municipio de Ataco, Tolima, llevan más de 12 años esperando la intervención de su única vía de acceso. Sin mantenimiento desde hace más de una década, la carretera se ha deteriorado hasta convertirse en una trocha intransitable, afectando la movilidad de los habitantes y el transporte de sus productos agrícolas.
Durante este tiempo, diversas administraciones municipales y departamentales han prometido soluciones, pero ninguna maquinaria ha llegado a la zona para recuperar la vía. En invierno, el lodo la hace casi intransitable, mientras que en verano el polvo se convierte en un problema constante para la salud de los habitantes.
Los campesinos, en su mayoría productores de café y plátano, han tenido que recurrir a métodos rudimentarios para reparar los tramos más críticos. Con palas y guaduas, intentan mantener el camino transitable, pues de él depende su economía y la posibilidad de comercializar sus cultivos en Ataco y otros municipios cercanos.
“Esto fue lo que no dijo Yamid Ramírez, y que todos saben: aquí llevamos 12 años olvidados”, expresaron líderes comunitarios, refiriéndose a la falta de respuesta de las autoridades. La ausencia de infraestructura vial no solo encarece los costos de transporte, sino que también dificulta el acceso de los niños a la escuela y pone en riesgo la vida de quienes requieren atención médica urgente.
La comunidad ha elevado su voz en reuniones con la administración local y departamental, pero hasta ahora solo han recibido promesas sin acciones concretas. La falta de vías adecuadas en el sur del Tolima sigue siendo una de las principales barreras para el desarrollo de las zonas rurales.
Ante esta situación, los habitantes de Santa Rita La Mina hacen un llamado urgente a la Alcaldía de Ataco, a la Gobernación del Tolima y al Gobierno Nacional para que prioricen el mantenimiento de la vía. Sin infraestructura adecuada, la producción agrícola se ve afectada y la calidad de vida de la comunidad sigue deteriorándose.
Mientras las respuestas oficiales llegan, los campesinos continúan enfrentando las dificultades diarias con esfuerzo y resistencia, sin perder la esperanza de que algún día la maquinaria prometida llegue a su vereda. Desde La Zaranda, la comunidad del sur del Tolima sigue exigiendo soluciones y visibilizando el abandono estatal en las regiones rurales del país.