Juan Sebastián Rojas, trabajador de la construcción, recibió un disparo hace un año en un conjunto residencial en Conjunto Bosque Reservado de Ibagué. A pesar de identificar al agresor, no hay captura. Denuncia falta de apoyo institucional, acoso laboral y despido injustificado tras el atentado.
Hace un año, Juan Sebastián Rojas fue víctima de un intento de homicidio mientras trabajaba en un conjunto residencial en Ibagué. Recibió un disparo con arma de fuego que le causó graves heridas, incluyendo la pérdida de varios dientes. A la fecha, el presunto agresor no ha sido capturado, a pesar de haber sido identificado por la víctima.
Rojas, quien laboraba como contratista a termino indefinido en una obra de la constructora Colpatria, asegura que el ataque ocurrió dentro del Conjunto Bosque Reservado, donde fue sorprendido por un sujeto con antecedentes de problemas de convivencia y consumo de sustancias. “La gente del conjunto decía que venía a matarlos”, relató.
Según su testimonio, los trabajadores presentes no han querido testificar por miedo a represalias y por proteger sus empleos. Esto ha dificultado el proceso judicial que, por tratarse de un caso de tentativa de homicidio, no admite conciliación, ralentizando el avance del expediente ante la Fiscalía.
Después del ataque, la empresa contratista le redujo el sueldo y lo desvinculó. Rojas denuncia que enfrentó acoso laboral, falta de acompañamiento del Ministerio de Trabajo y negligencia en las medidas de seguridad (SISO). “La empresa se quejaba de los gastos tras el accidente, pero yo no tuve la culpa”, declaró.
La Administradora de Riesgos Laborales (ARL) inicialmente se negó a reconocer el caso como accidente laboral. Rojas tuvo que interponer una tutela para que se aceptara y así recibir atención médica, la cual ha sido esporádica. “Me ha tocado luchar solo, sin apoyo”, lamentó.
El jefe directo de Rojas le reiteró que, tras el incidente, la empresa tuvo que incurrir en gastos superiores a los cinco millones de pesos para cumplir con normativas de seguridad, lo que agravó el ambiente laboral. Según la víctima, estos argumentos fueron utilizados para justificar su despido.
“No quiero volver a trabajar con ellos. Lo que busco es justicia y que se reconozca el daño que me causaron”, afirmó Rojas, quien actualmente se encuentra sin empleo y sostiene a su madre con grandes dificultades económicas.
Además del abandono laboral, Rojas denuncia la inacción de la Policía poca celeridad de la Fiscalía, que dejó ir al agresor tras una breve conversación en el lugar de los hechos y aún no cumpulsa orden de captura tras lo hechos. “Le preguntaron si había disparado y él dijo que estaba enfermo. Salió caminando como si nada”, explicó.
El incidente fue registrado en video por el mismo Rojas desde el momento en que fue herido, material que ha sido clave para su defensa. A pesar de haber ocurrido dentro de un conjunto cerrado, no se emitió orden de captura ni de allanamiento, o búsqueda selectiva por parte de la Fiscalía.
Juan Sebastián Rojas exige que su caso no quede en el olvido e impune. A través de esta denuncia pública, busca que las autoridades actúen y que se garantice justicia tanto en lo penal como en lo laboral. “Parece que para que actúen, me tendría que haber muerto”, concluyó.