Hace 37 años que la tragedia de Armero acabó con la vida más de 25.000 tolimenses. Muchos de sus habitantes habían notado para ese momento, el incremento desmesurado de ceniza volcánica que cubrió sobre la municipalidad, casas, cultivos, carros y árboles, entre otro.
Un archivo fílmico el municipio de Armero Guayabal, evidenció que los habitantes de esa municipalidad del Norte del Tolima, sabían que la tragedia era inminente por el represamiento del río Lagunilla pero no se sabía cuándo, a pasar de que el Gobierno Nacional de ese entonces daba un parte de tranquilidad con el agravante de tener conocimiento de expertos en la materia.
Eduardo Acosta un habitante de esa época manifestó, a través de televisión su preocupación pues considera que, si el gobierno nacional no toma las medidas que se necesitan, antes de que sucediera la tragedia, no hay salvación. Así como el Capitán Jorge Montealegre, comandante de Armero, explicó que lo primero que podría pasar es “desbordamiento del río Lagunilla, la finalización del Acueducto de Armero y la ruptura de los canales de irrigación, que irrigan los cultivos del Valle de Armero. Estamos perfectamente a movilizarnos en un paro cívico para solicitarle la ayuda y la motivación nacional por esta emergencia, que podría no solamente significar la destrucción de Armero, sino de muchos habitantes del Norte del Tolima”.
Desde luego los reportes noticiosos de la época dejó al descubierto el represamiento del río Lagunilla, debido a la obstrucción del caudal del río por enormes rocas que cortó el flujo, donde llegó a tener una profundidad de 35 metros pues había alcanzado a almacenar un millón de metros cúbicos de agua en ese punto.
Un testimonio fechado el 18 de septiembre de 1985 dejó ver que la tragedia estuvo más que sobre advertida al Gobierno Nacional de ese entonces. “El agua que hay aquí represada, es suficiente para destruir cualquier ciudad”, manifestó uno de los integrantes de los organismos de Socorro de esa época.
La tragedia era visible el 14 de noviembre de 1985
La inminente tragedia puede ser contada desde muchas miras, desde luego con todo el respeto a las víctimas y sus familias, para no olvidar que a pesar de todas las advertencias y los llamados que hizo Armero para que el Gobierno Nacional enviara un equipo técnico a revisar ese represamiento del río Lagunilla en la parte alta de la montaña.
Desde luego la visita nunca sucedió, Iván Duque Escobar Ministro de Minas de esa época no quiso declarar una evacuación masiva. Fue advertido por científicos, vulcanólogos expertos y autoridades locales del desastre natural anunciado y subestimando desde el Gobierno Nacional de la época el inminente riesgo, anunciando partes de tranquilidad en medios.
Para un 14 de noviembre de 1985, el país amaneció con la noticia de la desaparición de Armero Guayabal, Tolima. Fue una tragedia para el Departamento del Tolima y Colombia, de tal magnitud que desde diferentes regiones alcanzaron a ver la ceniza que emanó el Volcán Nevado del Ruiz.
Como una tolimense, Marcela Gutiérrez narró a través de cuenta de Twitter lo que vio cuando para esa época era pequeña, “yo tenía 4 años y vivía al norte en el municipio de Palocabildo con mi mamá y mis hermanos en una finca, recuerdo como si hubiera sido ayer; ella se llenó de coraje y nos dio la fuerza para pasar esa noche, el día siguiente la ceniza cubría todo”.
Así mismo, un informe de archivo fílmico que reportó Gonzalo Guillén nos evidencia la magnitud de lo ocurrido ese 14 de noviembre de 1985. “El 13 de noviembre de 1985 en la noche yo iba rumbo a Armero. Me salvé de morir porque paré en Honda a filmar el caudal demoledor del Gualí, como el chorro de una manguera gigantesca de bomberos. Al llegar a Armero caía la parte final de la avalancha”, y agregó en otro Twitt, “murieron 30 mil personas que Iván Duque, (padre del expresidente Iván Duque, 2018 – 2022) no quiso salvar ordenando una evacuación, pedida por los mejores vulcanólogos del mundo. Nunca le pasó nada a ese asesino”.
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Personas que vivieron en la rivera del Río Magdalena para esa época reportaron un abrupto crecimiento de este afluente, “recuerdo en la mañana del 14 (noviembre de 1985) ver ese informe de Don Gonzalo en la televisión y recuerdo yendo para el colegio esa mañana en la zona del Magdalena Medio ver pasar las nubes de ceniza y al día siguiente, el día 15 ver cadáveres bajar flotando por el Magdalena en Barrancabermeja”.
Finalmente, en ese momento la tragedia ya estuvo consumada, los habitantes fueron borrados y las víctimas, empezaron con el calvario que aún en la actualidad reclaman justicias por sus muertos, desaparecidos y sobrevivientes, debido a la negligencia del Gobierno de la época para evitar la muerte de más de 25.000 almas en una noche.