El Consejo de Estado declaró nula la elección de Oswaldo Mauricio Alape como alcalde de Coyaima, Tolima, en un fallo que representa un fuerte golpe para el ‘barretismo’, movimiento liderado por el senador Óscar Barreto Quiroga. La decisión, sustentada en una ponencia de la magistrada Gloria María Gómez Montoya, concluyó que Alape incurrió en doble militancia al recibir el aval del Partido Conservador mientras seguía vinculado al Partido Liberal.
El fallo señaló que Alape violó los tiempos mínimos establecidos por la ley para cambiar de partido político. Aunque inicialmente había salido airoso en un fallo de primera instancia del Tribunal Administrativo del Tolima, esta nueva decisión reconfigura el panorama político del municipio.
La defensa de Alape intentó argumentar que el exalcalde no ocupaba un cargo directivo en el Partido Liberal ni había sido oficialmente parte del Comité de Acción Liberal. Sin embargo, estos alegatos fueron desestimados por la magistrada Gómez Montoya, quien consideró que su militancia activa en el liberalismo hasta mayo de 2023 invalidaba su candidatura por el Partido Conservador.
La decisión del Consejo de Estado obliga a Coyaima a convocar elecciones atípicas en 2025 para elegir un nuevo alcalde. Esto representa un desafío para la organización política de Barreto Quiroga, que deberá buscar un nuevo candidato para intentar mantener su influencia en la región.
Entre los posibles contrincantes, se destaca el exalcalde William Walter Luna, representante del Partido Liberal, quien podría buscar retomar el control político de Coyaima. Este escenario abre la puerta a una contienda electoral que promete ser reñida, especialmente dado el histórico enfrentamiento político entre ambas facciones.
El caso de Coyaima se suma al de Prado, otro municipio tolimense que quedó sin alcalde tras una decisión similar del Consejo de Estado. Ambos territorios regresarán a las urnas en 2025, si no surgen cambios extraordinarios en los procesos administrativos y legales.
La nulidad de la elección de Alape resalta la importancia de cumplir con las normativas sobre militancia política, reafirmando la vigilancia del Consejo de Estado sobre las prácticas electorales. Mientras tanto, los habitantes de Coyaima enfrentan un periodo de transición administrativa en espera de un nuevo liderazgo que defina el futuro político del municipio.